viernes, 11 de abril de 2014

ME ECHAS O ME VOY


 

 

Son muchos los casos de menores  que  abandonan el domicilio  familiar sobre todo entre los 13 y 17 años sin saber  quien abandona a quien, los muy pequeños  quedan fuera son secuestros parentales.

Normalmente la mayoría  de desapariciones se trata de forma voluntaria sobre todo en la etapa de la adolescencia, el enfrentamiento con los padres, el afianzamiento de posiciones, el querer hacer algo bajo la imposición de límites es   una bomba. Siempre hay  un amigo al que no le dan la lata, no estudia, no tiene hora, no hay normas , enfrente  tus padres que son un  freno han pasado de ser tu mundo al centro de todas tus quejas. Pero también hay algunos padres de los llamados “tóxicos”.

Éstos padres vienen arrastrando problemas de afecto,  sociales (alcohol, drogas, abusos...) y todo  su rabia la vuelcan sobre sus hijos, la huida es una salvación para los menores  o como en el caso de Lola su familia no cumplía los roles establecidos (clase media, estudios superiores),  la muerte de su padre fue la suya. Su padre se llevo por delante  su juventud  dejo una profunda huella que le marcaría para siempre  unido a un sentimiento de culpa por quererlo a pesar de  la mala vida que le dio y de desconfiar del amor de su  marido  a sus hijos como ella dice “me resulta demasiado buen padre”. Su familia y en concreto su madre se dedico a mirar a otro lado.

Hoy gracias a  Fundaciones como  ANAR (AYUDA A NIÑOS Y ADOLESCENTES EN RIESGO) 900202010 dan protección y apoyo a todo niño/as o adolescente que lo solicite.


 

 
ALVARO RUIPEREZ

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