domingo, 9 de febrero de 2014

La ley no entiende de músicas...

Laia Martín
es una joven pianista profesional de 28 años actualmente. Ella empezó con el piano a los 6 años, cuando sus padres le compraron uno para que empezara a practicar con él. En 2003 la joven se mudó a Puigcerdà, donde los padres le instalaron un piano para que pudiera seguir practicando y perfeccionando sus estudios en el Conservatori de Liceu. Desde 2003 hasta septiembre de 2007, ella practicaba cinco días en semana de 9:00 a 13:00 y de 14:00 a 18:00. La discusión vino cuando su vecina la denunció, ya que decía que no soportaba el "ruido" del piano, que había tenido muchas lesiones psíquicas a raíz de él, como la ansiedad, alteraciones del sueño, episodios de pánico y problemas de gestación en los últimos meses del embarazo, e incluso pidió la baja laboral. Así pues, la vecina procedió a denunciar a Laia en Marzo del 2006, dándole un plazo de 15 días para insonorizar la habitación donde esta ensayaba.

La vecina asegura que en tres ocasiones había ido a hablar amistosamente con Laia, para pactar los horarios de estudio, pero que esta no le hizo caso, tocaba más horas y "más fuerte"  e incluso le llegó a decir que sus problemas no eran debidos al sonido del piano, sino a su familia. Su vecina además denunció que en ningún momento ni ella ni su familia había hecho nada por paliar el sonido del piano.

Ante esta acusación, Laia asegura que tan solo ha mantenido algunas conversaciones normales con ella, y que hacía más ruido el supermercado que se situaba justo debajo del piso que el piano. Además ha señalado que entre los años 2003 y 2004 estudiaba en Manresa tres días a la semana, mientras que entre 2005 y 2008 recibía clases en Barcelona de lunes a viernes, con lo que sólo podía estudiar en su domicilio de Puigcerdà los fines de semana. Desmiente también la acusación por parte de la vecina de que ni ella ni sus padres intentaron hacer nada ni buscar alguna solución para reducir el sonido de su piano, ya que según asegura y se ha demostrado, en 2005 su padre hizo una primera insonorización estructural de la habitación donde ensayaba, y que años más tarde, en 2007, se volvió a llevar a cabo otra insonorización recubriendo el piano con mantas acústicas.

La fiscalía y la acusación particular solicitaban una pena de siete años y medio de cárcel, seis años por un delito contra el medio ambiente por contaminación acústica, y un año y medio más por otro delito de lesiones psíquicas, cuatro años más de inhabilitación para tocar el instrumento o realizar cualquier actividad que estuviera relacionada con este,  y además una multa de 10800 euros y una indemnización de 9900 euros. Pena también impuesta para los padres, ya que se les acusaba de cooperantes con respecto a su hija.


En 2007, la vecina, Sonia, decide mudarse con su familia porque según ella no soporta más el "ruido del piano", pero aún así las acusaciones siguen persiguiendo a Laia, la cual decide mudarse con su familia en 2008, para dejar aquella situación atrás.
El primer juicio se produce el 11 de Noviembre de 2013.
Tras varios juicios, la fiscal rebajó a 20 meses la petición de prisión para Laia y finalmente Laia ha sido absuelta debido a la falta de fundamento en las acusaciones de la vecina, ya que no se ha demostrado que el piano fuera la causa de los problemas psíquicos de esta, y la acusación injustificada de los padres. Además la pena que se le quería imponer han declarado que era desproporcionada. En total fue a cuatro juicios.




Fuentes:
http://www.europapress.es/catalunya/noticia-pianista-puigcerda-acusada-molestar-vecina-dice-solo-tocaba-fin-semana-20131111164140.html

http://www.lavanguardia.com/vida/20131126/54394894413/absuelta-pianista-puigcerda.html

http://www.abc.es/local-cataluna/20131126/abci-absuelta-pianista-ruido-201311261848.html

http://ccaa.elpais.com/ccaa/2013/11/11/catalunya/1384184642_796144.html

http://www.abc.es/cultura/musica/20130820/abci-piden-siete-anos-carcel-201308191721.html


Tras exponer la noticia me gustaría dar mi punto de vista sobre esta.
 Todos los músicos cuando vemos esta noticia creo que lo primero que pensamos es en la injusticia. Estamos ante un caso en el que una música profesional, concertista y con estudios oficiales de música, ensaya cinco días a la semana en su casa unas ocho horas. Tiene que hacerlo, debe hacerlo. Creo que de lo que algunas personas no son conscientes es de que la música implica trabajo, dedicación y mucho esfuerzo, mucho estudio, mucha práctica. Y Laia, al igual que todos los músicos lo llevaba a cabo.


Con tan solo 18 años, su vecina la denuncia, porque dice que el "ruido" del piano es insoportable. Me parece muy inadecuado llamar "ruido" al sonido de un piano, porque no es ruido, es música. Y además que declare insoportable al piano. Si hubiera sido cualquier otro instrumento, de más potencial sonoro o más molesto, quizá la noticia hubiera tenido algo más de sentido, pero un piano no molesta, y por supuesto no como para sufrir lesiones psíquicas. Es más, todos los demás vecinos del piso decían que el piano se escuchaba, pero normal, no fuerte, sin embargo la vecina que la denunció decía que cada vez tocaba más fuerte.

Como experiencia personal, puedo decir que en el conservatorio donde yo estudio, la biblioteca para estudiar estaba situada justamente al lado de las clases de piano. No ha habido nunca ningún alumno que se haya quejado de el sonido del piano, porque no es molesto, no molesta, es más, para mi era agradable. Es como escuchar música clásica muy bajita mientras estudias. Nadie nunca ha tenido ningún problema con ello.

 Cuando leí esta noticia me quedé helada, pero me quedé aún peor cuando leí la condena que le querían imponer a esta joven pianista. Siete años y medio de cárcel, una multa de 10800 euros, una indemnización de 9900 euros y 4 años más sin poder tocar el piano. En su conjunto es una exageración masiva, no hay tantos motivos para esa pena, y los motivos que hay no valen la pena.

Pero creo que lo que más nos hiere a los músicos que leemos y nos enteramos de esta noticia es lo último, no poder tocar el piano durante cuatro años. Eso no es una pena, eso es destrozar la vida de la pianista. Ya no solo porque el piano sea su vida, y no pueda estar cuatro años sin él, es que la técnica y la forma de tocar el piano se pierde con el tiempo. En cuatro años podría perder toda la capacidad que tenía para tocar el piano que ha ido acumulando durante toda su vida. Es algo que parece que ni la vecina ni las leyes entienden, pero algo que es real, y que los músicos cuando lo leemos ni siquiera nos lo podemos imaginar. Ni siquiera podemos imaginarnos el sufrimiento por el cual ha debido pasar Laia, concertista profesional.

La vecina ha afirmado que los decibelios producidos por el piano llegaban a los 44, y los decibelios recomendados por la Organización Mundial de la Salud son 65. 44 decibelios no es un ruido alto y en este caso,  ni siquiera un ruido.

Resumidamente, al leer e informarme de esta noticia he sentido una gran tristeza e impotencia. Impotencia al ver que la ley no se da cuenta de lo que significa la palabra música, de lo que implica y de las consecuencias que podría sufrir Laia tras cuatro años sin el piano. Sería destrozarle su vida y su carrera. Tristeza al ver que quieren encerrar siete años y medio a una joven, que no ha hecho más delito que tocar el piano... No es justo, ni mucho menos. Es una de las noticias más injustas que he leido, porque no tiene razón de ser, parece una broma. Pero por otro lado he sentido mucha felicidad y alivio al leer que finalmente ha sido absuelta por falta de fundamento, de pruebas. Es algo que todos estábamos deseando que ocurriese, ya que creo que si hubiera pasado lo contrario, muchos músicos nos hubiéramos sentido heridos y hubieramos visto que la ley no entiende la palabra música, que no es capaz de ver en ella más allá de 6 letras...


Aquí dejo un vídeo en el que podemos ver a Laia Martín interpretando Preludes, de Rachmaninov.

¿Creeis que es un delito lo que hace,o quizá es que es demasiado molesto? ...

Eva Mª Merino González

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